Para tener
una mayor claridad a la referencia del termino “calidad de vida laboral”, es
necesario descomponer dicha afirmación. García Sánchez en 1993 (Citado por
Martínez & Cols., 2007) define el concepto de calidad de vida como
“experiencia de bienestar derivada del equilibrio que percibe el individuo
entre las demandas del medio, y los recursos de que dispone para afrontar
dichas demandas”. Así mismo, la calidad de vida puede ser considerada una
actitud, ya que constituye un valorativo en el cual se le pide al sujeto que
evalué (bien sea de forma positiva o negativa) algún objeto físico, una
conducta, un evento o una idea (Reimel de Carrasquel & Jiménez, 1997).
Por otra
parte, la OIT (2006) define al trabajo como “el conjunto de actividades
humanas, remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o
que satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de
sustento para los individuos”.
A pesar que
el concepto de calidad de vida laboral no es nuevo, si ofrece una resistencia
para definirlo claramente, puesto que posee características como la
subjetividad y la multidimensionalidad, ya que esto depende en gran parte de
los valores y creencias de los individuos, así como de su historia personal y
su historia cultural. El concepto de calidad de vida surge de una evolución
conceptual, entre las primeras definiciones que se relaciona con dicho concepto
se encuentran el nivel y las condiciones de vida, la felicidad y el bienestar,
entre otros; es por ello que, al describir los referentes anteriormente
relacionados, se mencionan no como sinónimos sino como conceptos que
antecedieron al de calidad de vida laboral (González, Hidalgo & Salazar,
2007).
La calidad
de vida puede entenderse como la percepción que tienen los empleados de las
condiciones de trabajo, del ambiente laboral, y de la concordancia entre la
vida laboral, familiar y personal (Espinoza & Morris, 2002). También
se concibe como el proceso dinámico y continuo el que el desarrollo de la
actividad laboral esta organizada objetiva y subjetivamente, tanto en sus
aspectos operativos como relacionales, con el fin de contribuir al más completo
desarrollo del trabajador (Casas & Cols., 2002).
Para la
presente se tomara la definición dada por Blanch (2003), el cual define la
calidad de vida laboral como el grado de satisfacción y bienestar físico,
psicológico y social experimentado por los individuos en su labor y en su
entorno de trabajo, donde dicho bienestar abarca dos dimensiones:
Objetiva:
hace referencia con las condiciones de las labores a desarrollar (ambientales,
técnicas, salariales, de estabilidad, de seguridad e higiene, de diseño de
puesto, etc).
Subjetiva:
relacionada a las percepciones y valoraciones sobre las condiciones laborales,
el estrés laboral, el ambiente social (relaciones con compañeros de trabajo
como con superiores), el clima organizacional, posibilidades de ascensos, etc.
De esto se
desprende que el concepto de calidad de vida laboral es multidimensional,
agrupando las dimensiones que en dos grandes bloques; los relacionados con el
entorno en que se desarrolla el trabajo y los que tienen que ver con las
percepciones generadas por los trabajadores.
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